María José Ramírez: “Redactores.com es una declaración: la mujeres latinas sí podemos liderar proyectos competitivos”
La pasión por escribir es lo que ha movido la trayectoria profesional de María José Ramírez. La CEO de Redactores.com cofundó esta agencia de content marketing a los 25 años de edad. Luego de un año de operaciones, la empresa se prepara para convertirse en startup a mediano plazo. ¿Cómo asume el reto?
Desde niña, María José Ramírez —hoy cofundadora y CEO de Redactores.com— ama contar historias. Siendo una adolescente, drenó esa obsesión escribiendo un blog con relatos de ficción. El hobbie no solo le dio emoción a sus días como estudiante, sino que también le hizo pensar que tal vez había allí una forma apasionante de ganarse la vida. Así comenzó una carrera llena de desafíos que hoy ya cristaliza su primer gran logro: un emprendimiento próspero e innovador que es fiel a su sueño.
Luego de un año, Redactores.com tiene más de 40 clientes en todo Latam, una comunidad de talentos que se acerca a la centena y un liderazgo fundacional totalmente femenino que quiere convertirse en referente dentro del ecosistema del emprendimiento tecnológico de la región. Es tan solo el comienzo de la historia.
—Majo, cuéntanos sobre ese camino que te llevó hasta Redactores.com. ¿Qué es lo que más resaltas?
—Hubo varios intentos antes de ser Redactores.com, pero es un proyecto que siempre ha estado cerca de mí. Mi primer empleo fue como freelancer, escribiendo reseñas de obras de teatro y casi todos los que vinieron a partir de allí fueron bajo esa modalidad.
A medida que iba ganando experiencia, notaba vacíos en las dinámicas de trabajo y el ecosistema freelancer, y pensé ¿por qué no cubrirlas? Nunca dudé que se podía, aunque sabía que emprender no es nada fácil.
Lo intenté con varios colegas, pero finalmente fluyó con mi ahora socia Rosa Raydán, quien fue la primera jefa que tuve en toda mi carrera. Ambas estuvimos en medios impresos y también hemos coordinado equipos en medios digitales, y coincidimos en que los contenidos fueron perdiendo mucha calidad a medida que se mudaban definitivamente al canal online.
Ahora, junto a Marianne Casazola, una profesional con cualidades excepcionales, queremos rescatar ese valor —que tanto se necesita actualmente— y fusionarlo con la dinámica en línea. El resultado ha sido Redactores.com y estamos muy felices por eso.
—Redactores.com ya cumplió un año. Si ves hacia atrás, ¿qué es lo más difícil y lo más placentero que te ha dejado el proyecto?
—Con Redactores tuve que dejar lo que me encantaba, que era la parte operativa, escribir, corregir, hablar con la gente… pero al ser CEO he tenido que salir de allí y capacitarme en otras áreas, ser la cara del proyecto, hablar con clientes… Yo ni siquiera sabía que antes estaba en una zona de confort, pero sí. Eso aún sigue siendo un reto diario. Siempre me pregunto “¿Qué espera la gente de una CEO?” y trato de estar a la altura de ese ideal.
La mayor satisfacción viene del “sí pude”. El comunicador siempre ha cargado con el estigma de tener la carrera “de los arrepentidos”, el mercado también es competitivo y las oportunidades son pocas.
Así que me genera mucha satisfacción tener esta comunidad. Es muy bonito contratar profesionales de calidad y tratarlos con el respeto que debe a un colaborador. Eso tiene un mensaje muy fuerte para mí, más allá de lo profesional.
—Redactores es una agencia pero también se define como una startup en formación. ¿Cómo lo asumes tú?
—Aún somos una agencia pero tenemos la mirada puesta en ser startup con el lanzamiento de un marketplace, esa es la proyección de lo que queremos ser y hacia allá caminamos. Creo que las startups serán cada día un grupo más selecto, y sobre todo en la parte de contenidos. Con la llegada de ChatGPT y de otras herramientas de Inteligencia Artificial también esto se convierte en un desafío más grande. Estamos conscientes y lo asumimos con compromiso. La colaboración humana en el área de contenidos siempre será indispensable.
—Redactores es un proyecto muy personal para ti, pero también es un proyecto colectivo. ¿Crees que el estar liderado por tres mujeres le da una característica especial?
—Es un doble reto porque somos mujeres y jóvenes. Dicen que ya el techo de cristal no existe y quizá ya no es tan evidente, pero sí existe, solo que se ha mudado a otros aspectos. Las mujeres ya podemos llegar a liderar, se ha normalizado algo que antes no se veía con tanta frecuencia, pero ¿qué esperan de nosotras? La exigencia es mayor y las oportunidades para equivocarse son muy pocas.
Pasa igual con el tema de la juventud. Ser joven significa para muchos ser una persona sin experiencia, de capacidades cuestionables, no apto para tareas importantes.
Redactores da un mensaje sobre eso, es una declaración, que las mujeres jóvenes de América Latina sí podemos crear proyectos competitivos. Somos referentes, esto es muy necesario. Hubiese cambiado mucho mi visión y horizonte profesional si comenzando mi carrera me hubiese liderado e inspirado una mujer. Yo quiero que nosotras seamos eso, queremos con Redactores cambiar la narrativa, no solo desde la perspectiva del liderazgo sino desde la experiencia profesional de nuestra comunidad, desde que comienzan la carrera.
—Cuéntame sobre el intercambio creativo con la comunidad fundacional de Redactores.com
—Ha sido maravilloso. Como socias tenemos una relación totalmente horizontal y un trabajo por completo colaborativo. Nunca lo hemos visto separado, es familiar, de apoyo, solo así hemos podido llevar el peso. Somos diferentes pero nos complementamos, todas aprendemos de todas y tenemos el mismo nivel de entrega.
Juntas desbloqueamos inseguridades. Tuve jefes muy celosos con el conocimiento, que no querían enseñar nada porque se sentían amenazados. Nosotras queremos cambiar esa narrativa, estamos las tres en la misma página de compartir nuestros saberes, entre nosotras y con nuestros compañeros y comunidad. Estamos para enseñar y para aprender todos los días.
—Háblame sobre tu experiencia trabajando a distancia con clientes, talentos y equipo en toda América Latina. ¿Cómo lo has experimentado?
—Ha sido increíble. Es algo muy nuevo, antes de la pandemia no era tan normal y ahora es la regla. Lo he sentido sumamente natural, siendo que todos estamos sentados en la misma mesa. Marianne está en Lima y Rosa y yo en Caracas, pero cada una en su casa, y cuando hablamos siento que no hay diferencia cultural ni distancia. Con los redactores, que están por todos lados, igual. Es una comunidad grande y que se mueve mucho, en constante cambio, la dinámica cambia mucho en términos de gestión.
Sobre los clientes, no es tan sencillo; acoplar agendas es difícil, los cambios de horario, hacer seguimiento, que todos se sientan únicos… no trabajar en silencio para que se sienta la entrega. No nos vemos pero la comunicación tiene que ser repotenciada. El reto comunicativo ha sido muy grande pero se ha ido dando.
—¿Qué le dirías a quien está comenzando en un proyecto propio?
—En primer lugar que confíen en sus capacidades, pero sobre todo que siempre den lo máximo. Si das el cien por ciento en cada trabajo en el que estés, no importa que sea un trabajo pequeño, siempre encontrarás una persona que te vea. Tu mismo compañero de oficina puede ser quien te recomiende para una gran oportunidad mañana. Ningún esfuerzo es en vano, ninguna tarea es pequeña. Rodéate de personas que compartan esa mística, es vital perseverar y entender que no todo pasa rápido. Esa ha sido mi historia.